Querida princesa:
Haz el favor de quitarte ya el vestido rosa pomposo y la corona,
y ponte la camiseta con escote y los pendientes
de aro que te sientan tan bien. Deja de lamentarte y fingir que no sabes
lo que vales porque, cariño tú no tienes precio. No me esperes más porque he
preferido a la puta de la esquina que a
la princesa de la torre. Y deja de buscarme mi niña, es imposible que yo te
haga más feliz que tus queridas amigas y todos esos caballeros andantes de una
noche. No te preocupes, todo saldrá bien,
la vida dejará de ser tan puta y te enamorarás pero no de alguien como yo sino de un príncipe rojo, verde o quizás amarillo.
Y, sobre todo, no pierdas nunca esa estúpida sonrisa que es tu mayor tesoro.
Atentamente:
Tu príncipe Azul.
No hay comentarios:
Publicar un comentario